Tras una situación muy conflictiva, objeto de denuncia, hemos ayudado a unas compañeras de Huelva y nos hemos hecho cargo de 4 perros de ellas. Al llegar a nuestro refugiohemos podo comprobar el miedo en sus ojos y sentir su dolor, sus miedos. Lo peor ha sido contener la rabia al ver el lamentable estado de sus cuerpos, llenos de bichos, viendo cómo el pelo se les cae de cuajo, ver sus cicatrices de pulgas, de bocados, y ver las peores cicatrices, esas que no están en el cuerpo y que son las más difíciles de curar, las cicatrices que traen dentro de su alma rota.
El otro día dos de ellos se pelearon por la comida y Antón salió mal parado. Tenía un buen colmillazo en el costado y tuvo que recibir curas y tratamiento, se quedó ingresado. En la clínica pudimos comprobar su estado en general y, aunque ha salido negativo a enfermedades y sus órganos están bien, tiene una tremenda infección en la sangre, probablemente debido a las picaduras de los bichos que tenía (pulgas, garrapatas, chinchorros).
Necesitamos ayuda, no solo económica, necesitamos voluntarios para reforzar los turnos en el refugio. Estos perros necesitan aprender a confiar, aprender a recibir amor, a ser felices, y no podemos hacerlo solas. También encontrar casas de acogida sería un milagro, en una casa ellos avanzarían más rápido, más controlados.