Atalaya se rescató en un pueblo de Badajoz, Atalaya, de ahí su nombre.
Es un pueblo de apenas unos 300 habitantes, camino de una ruta de senderismo. Una voluntaria de Arca escuchó unos maullidos y acabaron encontrando a esta preciosidad en lo alto de un árbol. Después de 2 horas intentando que confiara en ella, y con la ayuda de un audio de una gata llamando a sus bebés, salió y pudieron cogerla. No había rastro de la madre ni de ningún hermano, dejarla allí hubiera sido presa fácil para otros animales.
De carácter es muy mimosa y le gusta jugar y no estar sola.
Es negativa a enfermedades