Avellana era una gatita callejera que se resguardaba todas las noches en el porche de la misma casa (una de nuestras casas de acogida).
Las vecinas de la zona decidieron hacer una recolecta para castrarla y al llevarla al veterinario se dieron cuenta de que ya estaba castrada, por lo que decidieron ponerle en contacto con Arca para que no volviera a la dura vida en la calle.
Es una gatita súper mimosa, tranquila, le encanta jugar con todo tipo de juguetes, lo único que no tolera por mucho tiempo es que la cojas en brazos.
Negativa a enfermedades.