Coco llegó a nosotros junto a su compañero Tapón, ambos levaban semanas abandonados en una pedanía de un pueblo de Sevilla. Juntos sobrevivieron, se protegieron y lucharon ante las adversidades de la vida en la calle.
Ambos se mostraban miedosos y costó varios días a la chica que los vió poder cogerlos. Pero una vez rescatados y cuando vieron que no les iba a pasar nada, empezaron a ser muy cariñosos y agradecidos.
Ambos están muy unidos. Coco es como «el hermano protector» Tapón. En la residencia se muestran temerosos, aunque dejar querer, y estamos seguros de que poco a poco se abrirán a nosotros y serán una peludines adorables y super simpáticos. En una casita, sus miedos seguro desaparacen.
Esperemos que a ambos les llegue su oportunidad pronto.