Horus vagaba solo, desnutrido, lleno de garrapatas, por un pueblo de Sevilla, o descarte de caza o directamente se escapó de donde no era feliz. Al verlo en ese estado, unas personas pararon y él directamente se subió, no hubo que obligarlo, quería cambiar de vida y entendió que esas personas lo iban a ayudar.
En el refugio se porta genial, tiene sus preferencias por algunos perros, manias de perro mayor!!! Le encanta que le toquen el final de la espalda para ponerse a bailar, toddo un perrsonaje.