Michelle ha vivido toda su vida en un almacén, donde guardaba el sitio, allí le daban de comer y poco más. Allí también parió muchas veces sin saber bien que pasó con sus cachorros, excepto por Maila una de sus hijas. El almacén cerró, mudaron el negocio, pero a Michelle la dejaron allí en la puerta, junto a Maila, y así empezaron a sobrevivir como podían en el polígono. Comiendo de lo que otros trabajadores le ponían, y jugándose la vida cada día entre camiones. Ahora a salvo las dos en el refugio, Michelle ha resultado ser una perrita alegre y muy cariñosa. Le encanta jugar a la pelota. Se llevaría todo el día trayéndote su pelota para que se la vuelvas a tirar. es una perrita sociable con otros perros, se lleva bien con todo el mundo. Michelle merece conocer lo que es un hogar de verdad. Ven a conocerla!