Este pequeño fue criado a bibi por una familia que a los tres meses se cansó de él y decidió abandonarlo en un barranco de su misma calle de un pueblo de Sevilla, con la suerte que una mujer, al verlo súper sociable y tan pequeño, no pudo dejarlo en la calle y lo cedió a Arca.
Es un gato juguetón, inteligente y súper mimoso, al que le gusta subirse en tus piernas, y olerte la nariz, le gusta que lo cojas en brazo, lo puedes besar y, al acariciarlo, activa su máquina de ronroneo. Es compatible con otros gatos.
Negativo a enfermedades.