Este gato minúsculo buscó cobijo en una tienda.
Los dueños, ante tal catástrofe, llamaron a la policía local del pueblo que se personó inmediatamente (seguro que no había nada más importante en el pueblo que hacer a esa hora…) con el único objetivo de echar al enorme felino a la calle y evitar todo peligro inminente para los clientes del establecimiento.
Esa es la historia del gran Osiris, por suerte, cuando una mujer vio lo que sucedía, aparcó su tremendo miedo y se llevó al fiero felino a su casa donde lo bañó, le dio de comer y de beber y ahora luce así de guapo. El peligroso felino solo hace ronrronear y pedir mimitos… Osiris necesita una familia, es un gatito tranquilo, cariñoso, le gusta dormir acurrucado…