Percival estaba en la calle en un pueblo de Sevilla, desorientado y con mucho miedo. Costó bastante trabajo cogerlo porque huía, pero por auerte que entró en una calle sin salida y ahí se pudo rescatar. Sin chip, con miedo, lleno de pulgas…parece un descarte de caza. Una vez con nosotros, ha visto que no tiene porqué temernos y se muestra poco a poco más confiado. Le encanta comer y se tumba para que le rasques la barriga. Se lleva bien con otros perros y estamos seguros que en nada será un perro muy cariñoso y confiado. Además sus orejotas son irresistibles ❤