Potter vagaba por la carretera cuando dos de nuestras voluntarias, que iban camino a la residencia, casi lo atropellan al quedarse paralizado en mitad de ésta. En cuanto abrieron la puerta para ver cómo estaba se montó corriendo, muy asustado. Al llegar allí lo único que pedía eran mimos y que jugásemos con él. El pobre estaba muerto de hambre y lleno de garrapatas y pulgas.
Ahora Potter está a salvo con nosotros, pero está deseando conocer a su nueva familia, una que le de todo el cariño que nunca ha tenido. Es un perro muy cariñoso, sociable y juguetón.
Información básica
- Sexo: macho
- Edad: marzo 2015
- Tamaño: pequeño (podenco)