Adopción Especiales
Rocky fue adoptado de bebé por su mamá humana, que lo cuidó y mimó mucho durante 10 años, pero se puso enferma y falleció, y nadie podía hacerse cargo del pobre Rocky. Llegó a nosotras desorientado y enfadado con el mundo, no podíamos ni acercarnos a él porque se ponía muy nervioso y ladraba mucho, y en ocasiones, por la ansiedad nos lanzaba algún bocado.
Pasaban los meses y Rocky no avanzaba, cada vez estaba más triste y asustado, necesitaba una casa de acogida. Entonces contactamos con una profesional que nos recomendaron, pero la cosa fue a peor, esta persona cometió una negligencia con él y Rocky acabó en urgencias. Esto provocó que aumentaran sus miedos y su desconfianza al ser humano. Cuando le dieron el alta, no nos quedó otra opción que llevarlo al refugio.
En los últimos meses nos hemos volcado con él, transmitiéndole confianza y dándole mucho cariño, su evolución ha sido constante e increible. Rocky es un perro muy inteligente, y ha aprendido las rutinas rápidamente. En su casa de acogida sigue aprendiendo a ser un perro feliz. Necesita una familia que tenga paciencia y quiera darle a Rocky una segunda oportunidad para ser feliz.