Esta pequeña fue recogida por una de nuestras casas de acogida: paseando a los perros vio cómo un hombre se la quitaba de la boca a su perro y la dejaba en el suelo. No dudó en cogerla y llevarla al veterinario. La pequeña Roma ya está a salvo y crece feliz.
Es una gatita súper juguetona, inquieta y cariñosa, no le dan miedo los perros, le encanta comer y utiliza el arenero perfectamente.
Negativa a enfermedades.