Salsa nació junto a sus cuatro hermanos Rumba, Samba, Mambo y Jazz en una caseta vieja en un campo donde su madre vio seguro refugiarse. Una voluntaria se ganó la confianza de la mamá y los pudo rescatar a todos.
Fue la última en nacer y es la más pequeña de tamaño. Su peculiaridad es que no sabe maullar, pero eso no le impide comunicarse porque a su manera te pide que la acaricies o que le des de comer con una vocecilla muy característica. Le encanta jugar con lazos, ratones de peluche y acurrucarse en las piernas.
Compatible con perros y gatos.
Negativa en enfermedades.