Su nombre se debe a que es todo un peluche, con un pelo esponjoso y súper suave.
Esta hermosura se refugiaba en una academia de un pueblo de Sevilla. Uno de los trabajadores decidió llevarlo a su casa y allí estuvo varios días, pero el perro de la familia no lo aceptaba y decidieron abandonarlo en otro pueblo de Sevilla a 30 km de distancia en una colonia desconocida para el.
Arca salió a buscarlo, sin suerte. Fueron días de angustia y desesperación hasta que una noche, después de cuatro días de búsqueda, surgió el milagro de verlo subir por una cuesta.
Es un gato súper tranquilo, cariñoso y amoroso, no se altera con nada, acto con perros, como su nombre indica, un peluche.
Negativo a enfermedades.