Toya fue rescatado por una voluntaria en una carretera donde casi muere atropellado, con apenas mes y medio de vida. Afortunadamente no tenía ni un rasguño y está creciendo sano y feliz en una casa de acogida, donde convive con perros y gatos.
Es cariñoso, le encantan los besos y jugar, es una mini panterita muy activa.
Negativo en enfermedades.